Adiós, pequeño.
Máximo Huerta se despide del niño. Conversaciones y silencios con su madre en los que vuelven la mirada hacia los recuerdos de la infancia. Acompañado de doña Leo, mientras cuida de su madre enferma, rememora momentos y sentimientos muy sinceros. Su escritura en ocasiones parece poesía, es un libro precioso y emocionante. Muy recomendable y la visita "Al kilometro cero de la felicidad", también.
En tu caso, cuántos sentimientos sinceros y recuerdos imperecederos tienes de Zita; toda una vida que bien podría pasar a la literatura y no desmereceria de otras, por pasión, intensidad y gratitud
ResponderEliminarAsí es. Muchas gracias por tus comentarios.
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